En el ámbito de la podología clínica, uno de los tratamientos preventivos más importantes es la profilaxis podal. A menudo ignorados, los pies cumplen una función esencial en nuestra movilidad y calidad de vida, por lo que brindarles un cuidado profesional periódico no solo previene molestias, sino que puede evitar complicaciones más serias a largo plazo.
¿Qué es la profilaxis podal?
La profilaxis podal es un tratamiento preventivo y de mantenimiento que realizamos en nuestras sedes de Podomas. Consiste en una serie de procedimientos higiénicos y clínicos que buscan mantener la salud de los pies, prevenir infecciones, eliminar hiperqueratosis (durezas), callosidades, y controlar afecciones como uñas encarnadas o micosis (hongos).
A diferencia de una pedicura estética, la profilaxis podal es un procedimiento clínico, indoloro y personalizado, realizado en un consultorio de podología clínica con instrumental esterilizado y bajo protocolos sanitarios estrictos.
¿Para qué sirve la profilaxis podal?
Los principales objetivos de la profilaxis podal son:
- Prevenir lesiones o infecciones en piel y uñas.
- Evitar complicaciones en pacientes con patologías de riesgo, como la diabetes.
- Controlar afecciones recurrentes, como durezas o callosidades.
- Mantener la funcionalidad y estética saludable de los pies.
- Detectar a tiempo anomalías biomecánicas o dermatológicas.
Este procedimiento no solo mejora la salud del pie, sino que contribuye al bienestar general, reduciendo molestias al caminar y evitando tratamientos futuros más invasivos.

Casos comunes donde se recomienda la profilaxis podal
1. Pacientes diabéticos:
En personas con diabetes, una pequeña herida en el pie puede convertirse en una úlcera severa si no se trata a tiempo. La profilaxis podal es fundamental para prevenir lesiones, mantener la piel hidratada y revisar regularmente la integridad del pie.
2. Deportistas o personas con alta actividad física:
El uso frecuente de calzado deportivo y la fricción constante generan callosidades, ampollas o microtraumatismos. La intervención del podólogo ayuda a prevenir y tratar estos problemas antes de que afecten el rendimiento o la movilidad.
3. Personas mayores:
El envejecimiento puede generar engrosamiento de uñas, resequedad extrema, o dificultad para el autocuidado de los pies. En estos casos, la profilaxis podal mejora la calidad de vida y reduce el riesgo de caídas o infecciones.
4. Pacientes con uñas encarnadas recurrentes:
La eliminación adecuada del borde ungueal y la orientación sobre el corte correcto de uñas puede evitar episodios dolorosos y repetitivos.
¿Cada cuánto tiempo se debe hacer una profilaxis podal?
En Podomas contamos con 3 sedes para realizarte una profilaxis podal, la frecuencia dependerá del diagnóstico de nuestros podólogos y de las condiciones individuales de cada paciente. Sin embargo, como norma general se recomienda una sesión cada 30 a 60 días para mantener la salud podal de forma óptima.
Recomendaciones para cuidar tus pies entre sesiones
- Lava tus pies diariamente con agua tibia y jabón neutro.
- Sécalos bien, especialmente entre los dedos.
- Hidrata con cremas específicas para pies.
- Evita caminar descalzo en lugares públicos.
- Usa calzado cómodo, transpirable y del tamaño correcto.
- Corta las uñas de forma recta, sin redondear los bordes.
- Acude a las cl{inicas de podomas ante cualquier molestia, cambio de color o forma en uñas o piel.
Conclusión
La profilaxis podal no es solo un tratamiento para embellecer los pies, sino una medida preventiva y terapéutica dentro del campo de la podología clínica. Cuidar tus pies con la guía de un podólogo profesional puede marcar la diferencia entre una vida activa y una con limitaciones.
Invertir en la salud de tus pies es invertir en tu bienestar general. No esperes a sentir dolor: agenda tu consulta podológica en Podomas y dale a tus pies el cuidado que merecen.


